Tembló de terror al escuchar el portazo con el que él cerraba siempre las puertas, con una rabia contenida...
-Mejor, pensó, que golpee la puerta y no a mi.- cerró los ojos esperando que le sirviera de algo pero ya sabía que era inútil...en el fondo algo le decía que aquel sufrimiento que padeciera desde hacía veinticinco años era merecido, era su purgatorio por los pecados que había cometido antes de conocerle.
La voz enronquecida por el alcohol y el exceso de tabaco se oyó como un trueno en medio de la tormenta:
-¡¡Julia!!- y otra vez más fuerte.- ¡¡Julia!!,
El primer manotazo fue en el costado. Jamás la pegaba en la cara ni en lugares visibles...había que guardar las apariencias... Antes no tenía nombre, ahora lo llamaban violencia de género...¿de qué género?¿porqué poner nombre a aquello?
Se incorporó como movida por un resorte y se levantó del lecho alisando el vestido color coral y pasando disimuladamente la mano por el lugar donde acababa de recibir el golpe, sin una queja, sin un gesto de dolor , aunque le dolía, sobre todo le dolía la verguenza de aguantarlo una y otra vez...
Ni siquiera le miraba de frente, sabía lo que vería, un hombre brutal, transformado por el odio y los excesos, que ya no podía contener el insistente goteo en la nariz...
- Ya estoy despierta ¿quieres cenar algo?
- Si tráeme al salón cena y un whisky
Y sin más explicaciones, entró en el cuarto de baño.
Julia fue deprisa hacia la cocina, la experiencia le había enseñado a tener comida lista a cualquier hora y que un pequeño retraso en sus demandas podía salirle muy caro...
Al pasar por el espejo del lujoso salón miró su rostro, pálido, envejecido,con oscuros surcos bajo los ojos...
- La enfermedad me está venciendo, que antes tengo que terminar lo que he empezado.
¿Cómo es posible que una mala decisión cuando eres tan joven pueda arruinarte la vida así?
Suspiró y siguió su camino, por lo menos tenía la satisfacción de saber que Lilí estaba bien y que TODOS pagarían por lo que les habían hecho.